Sí, encontré mi sitio. Encontré amigos de verdad, el calor
de su amistad, sus risas, sus preocupaciones,...
Encontré una casa donde quedarnos toda una tarde divirtiéndonos,
encontré sentimientos, y muchos...
Y con todo esto aprendí, que la vida puede cambiar en un solo día,
en una sola tarde, en escasamente una hora.
Porque muchas veces tienes a tus amigos del alma delante de tus narices,
muy cerca, y no pensabas que llegarían a ser más que simples compañeros de clase,
más que simples conocidos.
Pero sí, la vida me demostró que puede dar vueltas de 360º en cualquier momento,
y da igual si las consecuencias sean buenas o malas, porque, "nunca llueve al gusto de todos".